En nuestro diario vivir vemos lugares que son no-lugares. Estos no-lugares son aquellos que no nos provocan quedarnos en el, y que a la vez no nos permite adueñarnos de el. Algunos ejemplos de no-lugares son los Bancos así como también los hospitales. También existen los espacios interdictorios, aquellos que nos obligan a rodearlos y no atravesarlos. Las cárceles y los barrios peligrosos los podríamos catalogar como espacios interdictorios.
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